¿Si? , después de leer este artículo yo creo que vas a dejar de creer, porque voy a contarte la verdad sobre ese veneno silencioso que la industria de los “alimentos” ha puesto en nuestros alimentos, en los que compramos en restaurantes, panaderías, supermercados, tiendas, y especialmente con los que cocinamos a diario en nuestras cocinas: Los llamados aceites vegetales de: canola, soya, palma, algodón, maíz y girasol.
Desde que comenzaron a comercializarse los aceites vegetales se han vendido como un producto “saludable” al compararlo principalmente con grasas como la mantequilla y otras fuentes animales de grasa.
No obstante, hoy tenemos la suerte de conocer la verdadera historia de los aceites vegetales gracias a la divulgación de estudios científicos recientes que lo demuestran.
El aceite vegetal es el que se obtiene de semillas como: algodón, girasol, soja, linaza, canola, entre otros.
Para su elaboración, las semillas son sometidas a un largo e intenso proceso que involucra la utilización de disolventes tóxicos que contaminan el aceite, altas temperaturas que oxidan las grasas y desodorantes para eliminar olores indeseados.
Durante este proceso artificial se da lugar a la creación de grandes cantidades de grasas trans, grasas tóxicas, que promueven la generación de células cancerígenas y alteraciones metabólicas. Explica el doctor Carlos Jaramillo, escritor del Milagro Metabólico en su libro, referencia para este artículo.
El consumo de aceites vegetales a través de los alimentos que consumimos día a día se ha asociado con un aumento del colesterol malo, de personas resistentes a la insulina y de inflamación, alteraciones digestivas, así como de un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes.
Cuando las grasas presentes en los aceites vegetales refinados se oxidan, producen reacciones en cadena que terminan por deteriorar gravemente otras proteínas y favorecen la producción de sustancias carcinógenas.
Existe evidencia científica que ha probado y confirmado que el consumo de aceites vegetales aumenta las probabilidades de desarrollar cáncer en seres humanos. Explica el australiano David Gillespie en su libro "Toxic Oils" (aceites tóxicos), referencia para el presente artículo.
“Vegetal" no siempre es sinónimo de "saludable"
La culpa la tiene, principalmente, la cantidad de ácidos grasos omega 6 presente en los aceites vegetales, que puede llegar a causar una inflamación dentro de tu organismo, aumentando las posibilidades de padecer enfermedades como: artritis, depresión, alteraciones hormonales y daños en el sistema reproductivo y neuronal.
Los ácidos grasos omega 6, al igual que los omega 3, son un tipo de grasa esencial que no se produce en nuestro organismo y que se obtiene a través de la dieta.
Los ácidos grasos omega participan en diversas funciones vitales del cuerpo: son el combustible de las mitocondrias celulares, están involucrados en la inmunidad, inflamación y coagulación sanguínea y son parte de la estructura celular.
Sin embargo, se requiere una proporción equilibrada de grasas omega 6 y omega 3 para que ambas desempeñen sus funciones correctamente. De lo contrario, promueve el deterioro del organismo.
Los aceites vegetales contienen grandes cantidades de omega 6, pero muy poco omega 3, lo que deriva en la formación de moléculas (eicosanoides) proinflamatorias que:
• Favorecen la aparición de trombos y ateromas.
• Provocan reacciones alérgicas.
• Promueven la multiplicación de células cancerígenas.
Uno de los ácidos grasos omega 6 que más abundan en los aceites vegetales es el ácido linoleico, una grasa que se caracteriza por su elevada sensibilidad a la oxidación y por su facilidad y tendencia a acumularse en las membranas celulares.
De acuerdo a las fuentes investigadas para el presente artículo, como el australiano David Gillespie quien presenta los detalles de su investigación en el libro "Toxic Oils" (aceites tóxicos), el consumo excesivo de ácido linoleico aumenta el estrés oxidativo y disminuye la producción de óxido nítrico, lo que se traduce en:
• Pérdida de la capacidad para regular la tensión y la coagulación.
• Mayor riesgo de aterosclerosis, trombosis, etc.
• Mayor riesgo de enfermedades cardíacas.
• Oxidación del colesterol LDL.
• Aumento de la inflamación.
Los expertos sugieren usar:
• Aceite de oliva,
• Aceite de coco,
• Ghee,
• Aceite de aguacate,
• Manteca de cerdo, entre otros.
Así mismo, investigar sobre el punto de humo de los aceites de cocina, es decir, sobre cuáles son más seguros para cocinar a altas temperaturas, sin sufrir alteraciones químicas que afectan la salud y buen funcionamiento de nuestro cuerpo.
¿Aún crees que cocinar con cualquier aceite vegetal es saludable?
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